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Mostrando entradas de marzo, 2013

El ladrón resultó ser un teólogo

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¿Quién lo hubiera imaginado? El ladrón confesó ser también un teólogo. No me refiero a alguno por allí que dice ser estudioso de la Biblia pero que la contradicen con su vida, que se lucra con la fe y la religión. Me refiero a uno de los ladrones que fue crucificado junto a Jesús, sentenciado como tal, pero teólogo al fin, porque en sus palabras evidencia un conocimiento y una fe muy superior de los doctores de las Escrituras Sagradas de aquel entonces; y porque no, de algunos teólogos de hoy. Según el testimonio de Lucas*, uno de los dos ladrones le increpó a Jesús del porqué no se bajaba de la cruz y los libraba también a ellos, si es que en verdad era el Hijo de Dios. Esto le hizo merecedor de una reprimenda por parte de su compañero “el teólogo”, quien desde el otro extremo le responde: “¿Ni siquiera estando en esta condición temes a Dios? Nosotros por nuestras culpas estamos aquí, lo merecen nuestros hechos. Pero este hombre no hizo nada.” Y hablándole luego a Jesús le pid

"Hay que matar a Jesús"

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Recuerdo el diálogo de una obra teatral en el que un personaje decía “Hay que matar a Jesús”, y su compañero respondía: “Pero que sea pronto”. A lo que un tercero añadía: “Porque vivo incomoda”. La obra la vi hace unos veinte años (¡qué rápido pasó el tiempo!) pero el diálogo quedó en mi mente porque refleja el verdadero sentir de aquellos que mataron a Jesús y de muchos que hoy no quieren saber de él. Jesús todavía incomoda a muchos.

Lo que se espera de los cristianos

Si los cristianos siguen a Cristo, se espera que se parezcan a Cristo. Es una expectativa natural y es una demanda bíblica. Así lo expresó el apóstol Pablo en su carta a la iglesia en Efeso*:   «Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros, que andan en la vanidad de su mente, teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón; los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza. Pero vosotros no habéis conocido así a Cristo, si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús.

"No hay Dios"

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“Dice el necio en su corazón: No hay Dios. Se han corrompido, hacen obras abominables; No hay quien haga el bien. ¿Acaso no tienen discernimiento…? Del consejo del pobre se han burlado, Pero Dios es su esperanza”. Así recita parte del Salmo 14, escrito por el rey David hace tres mil años y registrado en la Biblia dos veces (Salmo 53). Saulo de Tarso también expresa lo mismo* diciendo que negar la existencia de Dios es una total necedad. Podemos reflexionar en algunas de las razones para tal conclusión:

Cristo, los cristianos y el cristianismo.

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Muchos tratan al cristianismo, a los cristianos y a Cristo como si fueran lo mismo, y aunque la relación entre ellos es obvia, es necesario también diferenciarlos. El cristianismo es una religión basada en la vida y las enseñanzas de Cristo. Los cristianos son las personas que se identifican como seguidores de Cristo. Y Cristo (una palabra griega, equivalente a Mesías en hebreo que significa “Ungido”) es el título de Jesús de Nazaret. Desgraciadamente, en sus veinte siglos de existencia, el cristianismo no ha sido el reflejo de la fe de los primeros cristianos y menos de las enseñanzas con las que Cristo la fundó.