Te doy dinero, pero me das tu paz
“Te doy dinero, mucho, fácil, rápido. Pero a cambio, me entregas tu paz y la tranquilidad de tu familia…” ¿Qué le parece esta oferta? Si hasta ahora no la ha recibido, prepárese, porque en el momento que menos se imagina vendrá. Mejor es reflexionar y preparar con anticipación la respuesta. Vaya pensando: ¿a cuánto vendería la paz de su familia y su propia tranquilidad? Seguro que dará la respuesta que aprendimos todos: “Mi paz y la de mi familia no tiene precio”. Pero en muchos casos ésta es sólo una respuesta de reacción sin convicción. Basta mirar alrededor, en las noticias del periódico y la televisión; como cientos de profesionales, empresarios y autoridades prefirieron al dinero antes que la paz, pasando días de angustia y aflicción, con muchos bienes, pero sin la tranquilidad debida para disfrutarlos; escondiéndose, temiendo ser descubiertos en sus ilícitos negocios, fraudes y robos. Y terminando en la cárcel.