La Biblia como herramienta para el desarrollo (I)
Muchos no estarán de acuerdo con la afirmación que hoy presento, y lo comprendo. La Biblia se ha ganado una mala fama no por sí misma, sino por el mal uso que se le ha dado. Diversas agrupaciones religiosas se han encargado de interpretarla a su propio parecer, enseñando cuestiones sin mayor efecto en la sociedad (como qué se puede vestir ó qué no se puede comer) hasta otras que afectan la salud y la vida (como prohibir las transfusiones de sangre). Se culpa a la Biblia de ser un tropiezo al desarrollo y el avance de las ciencias (caso Galileo Galilei) y ser el principal insumo del “opio de los pueblos”. Muchos juzgan la Biblia por las vidas inconsecuentes de quienes la proclaman. Pero ningún libro se puede juzgar por la incosecuencia de sus lectores y promotores sino por su contenido.