La sencillez de Juan Tres Dieciséis
El presente título no se refiere a un tal Juan que se apellida Tres Dieciséis. Trata del libro que escribió Juan el discípulo de Jesús, y que más adelante fue dividido en capítulos y versículos, de los cuales, el versículo 16 del capítulo 3 es quizás el más representativo de la Biblia. Algunos lo consideran como un “resumen” del evangelio. Juan 3:16 dice así: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”
“Porque de tal manera amó Dios al mundo…” es una declaración que nos hace pensar en el gran amor de aquel que es autor y sustentador de la vida. Algunos creen que Dios ha dejado al mundo a su suerte y que no le interesa más, por cuanto decidieron olvidarse de él. Pero no es así. Dios aborrece el pecado, pero ama al pecador. Lo ama a usted y me ama a mí. No importa lo que hayamos hecho, sea malo ó muy malo. El ama a su creación y a sus criaturas. Dios ama al mundo y lo demostró de tal manera…
“…que ha dado a su Hijo unigénito…” Jesús, el único Hijo de Dios (¿se imagina dar a su hijo?). Llamado también Hijo del Hombre. El único que pudo cumplir con todas las exigencias de rectitud, honestidad, veracidad, bondad, etc. El único que jamás hizo mal alguno y que cumplió con toda la justicia de Dios a representación de la humanidad. Pero también en representación nuestra tuvo que pagar la deuda por nuestras faltas, deshonestidades, envidias, mentiras, adulterios, asesinatos, etc. (La Biblia declara que la paga del pecado es muerte física, espiritual y eterna). Por eso se entregó a la muerte en una cruz, y luego se levantó de entre los muertos, demostrando así el éxito de su obra sustitutoria. Cristo logró todo lo que no podíamos lograr.
“…para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. Los beneficios de la obra de Cristo, sólo son aplicables a aquellos que creen en él; que confían en él (no en una iglesia ó un pastor ó en el cumplimiento de una larga lista de demandas religiosas); sino en él, en su persona. Cualquiera que confíe en Jesús como salvador y le crea; ya no se perderá. Dios lo perdona y lo recibe desde ahora y por la eternidad.
La sencillez y el alcance de este texto sorprende. Muestra que la comunión con Dios es algo fácil de realizar, sin las complicaciones y trabas que muchas veces ponemos los seres humanos. Claro, no es sencillo entender que Dios tiene un Hijo, ó explicar las dos naturalezas de Jesús, ni como él logra sustituirnos… pero entender eso no es lo más importante. (Hay muchas cosas en la vida que no entendemos pero las disfrutamos). Lo importante es poner nuestra confianza en Jesucristo como Salvador. Por eso decimos que la salvación es por la fe: Si usted reconoce que es pecador, y desea cambiar y ser perdonado; sencillamente confíe en Jesús y crea lo que él dice. Y tendrá vida eterna.
[Publicado el 18 de julio del 2009]
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