Actualización docente en Tolerancia Religiosa
Hace muchas décadas que la libertad religiosa y de pensamiento ha sido reconocida como un derecho fundamental del ser humano. En nuestro país está amparada por la constitución, pero todavía hay docentes y colegios que creen que el objetivo del curso de religión es que el alumno se convierta en un devoto practicante de la misma. Pareciera que ciertos profesores se han quedado con criterios medievales. En ciertas instituciones quedan todavía criterios parecidos a los que tuvo el imperio español para cristianizar estas tierras. Se requiere urgentemente actualizarlos.
Y si la Tolerancia Religiosa no es un curso, al menos el Ministerio de Educación debiera publicar un documento dirigido a los docentes, padres y alumnos haciendo conocer las implicaciones prácticas de lo que significa respetar las diferentes confesiones de fe (o ninguna) del niño y adolescente, describiendo lo que se debe y no hacer en un centro educativo. Por ejemplo:
- "Está prohibido que los centros educativos soliciten como requisito de matrícula la partida de bautismo del niño. No puede exigirse a los padres que se congreguen en determinada iglesia. Los colegios estatales son para todos los peruanos.”
- “Ninguna materia debe incluir como parte de la calificación, la participación en celebraciones religiosas, menos en las que el alumno no comparte. Si se requiere de una nota práctica, se le debe dar a escoger otras actividades alternativas”. “La asistencia a la iglesia ó a cualquier oficio religioso fuera de las horas de clase no debe ser obligatoria, ni significar una mayor nota de concepto”.
- “Un profesor puede invitar a un alumno a elevar una plegaria; pero no puede disciplinarlo ó rebajar su nota si el alumno no desea hacerla por no creer en ella". “Las asociaciones de padres de familia pueden solicitar aportes económicos y voluntarios para algún proyecto religioso; pero no pueden sancionar (con multas ó retención de libretas de notas) a quienes no colaboran por considerar que va contra sus creencias”.
- “Los alumnos que no comparten las creencias religiosas de la mayoría de los peruanos, tienen el deber de asistir a la clase de religión, respetar, y cumplir con las exigencias intelectuales propias del curso (ellos también deben practicar la tolerancia). Los padres tienen la facultad de exonerar a sus hijos del curso de religión y a cambio cumplir con otras actividades.”
Tolerancia religiosa es simplemente eso: Tolerar a aquel que no profesa mi religión. Ser tolerante es no incomodarme frente a aquel que piensa diferente. Es no hacerle sentir mal, ni ridiculizarlo, ni presionarle para que siga mis creencias sólo porque yo creo que son las verdaderas y tengo un puesto de autoridad. Obligar a las personas a que adopten una fe y perseguirlas con pena de prisión ó tortura son cosas de un pasado vergonzoso. Ya no se discrimina a la gente por no ser cristiana ó no seguir los dictámenes de la iglesia. Hay que desaparecer los rezagos de la persecución. Hay que “actualizar” a algunos de nuestros docentes. Hay que seguir el ejemplo de Jesús. Él nunca presionó a nadie. Es más, en una ocasión en la que muchos de sus seguidores le dejaron, Jesús preguntó a sus doce más cercanos: “¿Quieren irse también ustedes...?” Y ellos se quedaron por propia convicción. La fe es personal no comunitaria. Y si alguien quiere convencer a otros de su fe, que la comparta con amor, que persuada, pero invite; respetando la libertad y decisión de quienes le oyen.
Respecto al extremo opuesto: No se trata tampoco de promover la eliminación del curso de religión en los colegios estatales, pues se debe instruir en aquello que la mayoría de peruanos cree. Sólo si esa mayoría desapareciera podría justificarse el retiro del curso. Mientras tanto, aún con las fallas de ciertas instituciones cristianas; las enseñanzas de Jesús siguen siendo “palabras de vida eterna” para sus seguidores; y serán siempre una importante fuente de valores para nuestra sociedad.
Publicado el 28 de agosto del 2010
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