En el mes de la Biblia


En setiembre, los cristianos de muchos países celebran el “Mes de la Biblia”. En el Perú, el día de la Biblia se celebra el último domingo del mes, conmemorando así que un 26 de setiembre de 1569, se terminó de imprimir en Suiza, la traducción completa de la Biblia en español, gracias al trabajo que hizo el monje español Casiodoro de Reina. Traducción que en 1602 fue revisada por Cipriano de Valera, de donde nació la muy conocida versión: Reina-Valera.

Para los cristianos hispanos, este hecho tiene gran importancia, pues a partir de esa fecha se abre la posibilidad de contar con una Biblia en nuestro idioma y al alcance de cualquiera. Recuerde que en esa época, la Biblia era un libro de uso exclusivo para el clero. La única versión autorizada se encontraba en idioma latín y dentro de las iglesias y monasterios. Es a partir de la reforma de Lutero (1517) que los “protestantes” promovieron la lectura de la Biblia y su traducción a diversos idiomas. Y no fue hasta el Concilio Vaticano II (1962-1965) que la Iglesia Católica recién promovió su traducción y permitió su lectura libre por los laicos.

Gracias a Dios por todo ello. A parte de la “Reina-Valera” ahora contamos con muchas traducciones y versiones como la “Nacar-Colunga” (la primera traducción hispana católica), “La Biblia de Jerusalén”, “Dios Habla Hoy”, la “Nueva Versión Internacional”, etc. Además contamos con muchas instituciones que se encargan de traducir la Biblia a diversos idiomas y dialectos, como las Sociedades Bíblicas Unidas, ó como lo fue en nuestra selva peruana el conocido Instituto Linguísitico de Verano.

Ahora contamos con Biblias de todo tipo y para todos. Grandes, pequeñas, electrónicas, en audio; con presentaciones para niños, jóvenes, mujeres, pastores; con mapas, ayudas temáticas, etc. Todas en diferentes formatos, palabras y estilos pero transmitiendo el mismo mensaje. Todas hablan del gran amor de Dios: que al ver a sus criaturas alejarse de él para hacer lo malo, fue a buscarlos y envió a su Hijo como único mediador entre Dios y los hombres. Todas las Biblias enseñan que podemos ser salvos de las consecuencias de nuestros pecados por gracia y por fe. En todas se nos instruye a amar a los enemigos, a ser honestos, a obedecer a nuestras autoridades y a Dios, y que la verdadera felicidad se encuentra en restablecer una buena comunión con nuestro Creador. En todas las Biblias se nos anuncia el pronto regreso de Jesucristo para establecer su reino y nos anima a poner nuestra esperanza en esa nueva creación y no en este mundo que pasará.

Los libros que contiene la Biblia fueron escritos en el transcurrir de 1500 años por hombres inspirados por el Espíritu de Dios. Es “Palabra viva y eficaz”, Guía segura en tiempos cambiantes pues “permanece para siempre”. Muchos de los que ahora leemos la Biblia podemos expresar lo mismo que dijo el salmista: “Lámpara es a mis pies tu Palabra, y lumbrera a mi camino”. Y podemos cantar como lo hicieron muchos en el pasado: “Tú me dices lo que soy, de quién vine y a quién voy”.

Hoy, gracias a Dios, la Biblia está al alcance de casi todos los peruanos. Hecho grandioso, maravilloso, pero no suficiente. Como todo libro, de nada sirve tener cerca la Biblia, si no se la lee. Y de nada sirve leerla, sino se la obedece. No debe ser objeto de culto, ni cábala para la buena suerte. La Biblia debe ser objeto de estudio para la aplicación práctica en el caminar diario por la vida.

Lea la Biblia. Empiece por los evangelios y las cartas de Pedro y Pablo. Quizás no entienda muchas cosas, pero tenga por seguro que habrá muchas que entenderá perfectamente. Crea, obedezca, y comprobará usted mismo su efectivo poder. Es la Palabra de Dios a su alcance.




Publicado el 25 de septiembre del 2010

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