¿Respetar al homosexual o promover la homosexualidad?
No es lo mismo. Una cosa no implica la otra. Respetar a los homosexuales y sus derechos como personas, es necesario y obligatorio, pero promover la homosexualidad no. En nuestro país los derechos de todos están muy claramente señalados en la constitución: “Toda persona tiene derecho a la igualdad ante la ley. Nadie debe ser discriminado por motivo de origen, raza, sexo, idioma, religión, opinión, condición económica o de cualquiera otra índole”. La aplicación es claramente universal: No debe permitirse la discriminación a ningún ciudadano, ya sea por ser indígena o extranjero, blanco o negro, cholo, quechua hablante, rico, pobre, ateo, judío, católico, evangélico; sea hombre o mujer; soltero o casado; homosexual, bisexual ó la vida sexual que quiera llevar; ni tampoco si se opina a favor o en contra de este estilo de vida.
Y ante las propuestas de leyes y ordenanzas a favor de los derechos de los homosexuales, hay quienes opinamos que el tema se está excediendo. Más que salvaguardar sus derechos, se está promocionando la homosexualidad; buscando una aceptación social total e irrestricta con este estilo de vida, pues el respeto y tolerancia ya no son suficientes. Para ejemplo, baste los siguientes casos:
En el segundo borrador de la «Propuesta de proyecto de ley de igualdad y no discriminación por orientación sexual e identidad de género», en su artículo 10, inciso 3 dice: “Los contenidos, métodos o materiales pedagógicos buscarán corregir las actitudes discriminatorias de los educandos e incentivarán un ambiente inclusivo en la escuela” (Lo que por supuesto es correcto. Ningún niño debe ser tratado mal). Pero en el inciso 4 añade: “Los cursos de orientación sexual deben de ser inclusivos y no limitarse a estudiar las relaciones heterosexuales”. Es decir, de aprobarse esta ley, los profesores de las escuelas estarían en la obligación de enseñar a los niños (así vendría en los textos) que la unión sexual de un hombre con otro hombre es tan buena como la unión sexual de un hombre con una mujer; y que es “natural”, normal, elegir sin reparos ser lesbiana, travesti, transgénero, homosexual (gay) o bisexual.
La promoción (e imposición) es tal, que este proyecto incluye una modificación al código penal en su artículo 323º, el cual quedaría así: “El que, por sí o mediante terceros, discrimina a una o más personas o grupo de personas, o incita o promueve en forma pública actos discriminatorios, por motivo racial, religioso, sexual, … identidad de género, orientación sexual… con el objeto de anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio de los derechos de la persona, será reprimido con pena privativa de libertad no menor de dos años, ni mayor de tres…” O sea, si a mí me parece que la unión homosexual es incorrecta porque es anti natural, y por lo tanto no debe ser promovida; y lo expreso públicamente tal como lo hago en estas líneas, podría terminar en la cárcel.
La municipalidad de Lima está por aprobar una «Ordenanza que promueve el derecho a la igualdad y no discriminación por razones de identidad de género y/u orientación sexual». En ella se pretende obligar a los establecimientos de atención al público a colocar un cartel que diga: “En este local se promueve la igualdad por identidad de género y orientación sexual”; bajo amenaza de revocatoria de licencia. Nótese: se promueve. Ante esto, la reacción de muchos ciudadanos hizo que tal cartel se modifique por otro que diría: “en este local se respeta el derecho a la igualdad…”
Autoridades y Legisladores: La cultura homosexual no debe ser promocionada. No sólo porque atenta contra el derecho de libertad de opinión, de educación, y conceptos fundamentales de familia y sociedad; pues muchos sostenemos que es contrario al orden natural de la humanidad; sino también porque muchos de los que pertenecen a la población LTGB necesitan ser reorientados antes que "estimulados". Y esa es una responsabilidad de la que muy poco se habla. De esto trataré en una próxima ocasión.
Publicado el 2 de julio del 2011
sin palabras , muy deacuerdo con todo lo que dices.
ResponderEliminar¿ Una persona que opine a favor de la homosexualidad puede decir líbremente lo que quiera pero en cambio otra que opine distinto es acusado de homofóbico/a sin más y puede terminar en la cárcel ?
ResponderEliminar¿ Qué significa eso ? Es muy injusto. Queda demostrado: La "libertad de expresión" es una farsa.
la homosexualidad ocurre en miles de especies animales, no es tan "antinatural" como dices lo que si es antinatural y que ningún animal practica es el celibato
ResponderEliminarp.d. no soy homosexual, solo doy mi opinión
No es un buen argumento. Si tomamos la vida animal como modelo "natural" para permitir o practicar algo en nuestra sociedad ¡cuidado! Porque (por ejemplo) entre los animales no se practica la paternidad responsable, y es la ley del más fuerte lo que prevalece. ¿Sería correcto entonces que arreglemos todas las cosas "a golpes" sin jueces; y tengamos todos los hijos que podamos, por doquier y con quien sea por que eso es "natural"? No, porque NO Somos Animales. Pero cuando en el texto me refiero a "antinatural" lo hice pensando en que por naturaleza la unión sexual entre hombres es eso: antinatural, pues se realiza por un órgano excretor, no así en la unión hombre-mujer, donde el órgano sexual femenino se adapta en función y forma al masculino, que sí cumple un orden natural. En el caso de especies que tienen ambos sexos... bueno, ¡los tienen! pero el ser humano nace o varón o mujer.
EliminarRespecto al celibato, algo escribí en http://vocesdelcristianismo.blogspot.com/2010/07/mitos-sexuales-de-la-biblia.html
Osea querido maestro, que nuestro amigo desciende del primate.. por eso su identificación con los animales.... no mentira.. ES BROMA, en el tema argumentativo y de la alta critica (que no domino.. aun ) se rrecurre siempre a la "falacia" garmatical, es decir APROVECHAR Y USAR el siginificado etimologico y las raices de origen en una palabra encontra del otro.. lo cual complica aun mas cualquier debate... pero vale la pena; si finalmente se tiene un respeto mutuo, la disposición de escuhar y dar valor a la posición del otro y el fuerte deseo de llegar a un mutuo acuerdo una vez finalizado el debate.
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