Pautas básicas para aprender a leer la Biblia


  1. De preferencia, use una versión actual. La versión DIOS HABLA HOY es reconocida por ser una buena traducción, con un lenguaje y estilo actual que facilita la comprensión sobre todo a los que se inician en su lectura. Pero si no tiene esta versión, no se preocupe, use la que tiene. Aunque en las distintas Biblias encuentre palabras y expresiones diferentes, usted podrá comprobar que el mensaje es el mismo.
  2. Tome en cuenta que la Biblia es realmente una pequeña Biblioteca. Está conformada por libros de historia, poesía, biografía, cartas, etc. escritos por diferentes autores entre los que había legisladores, historiadores, reyes, profetas, etc. quienes recopilaron información, o ellos mismos fueron testigos de lo que escribieron, entre el 1400a.c. y el 100d.c. Por tal razón, no es necesario seguir el orden de los libros tal como aparecen en la Biblia. Si lo hace, puede que se aburra y llegue -como muchos- sólo hasta el tercer libro de Levítico, lleno de rituales e instrucciones principalmente para los “levitas”, (descendientes de Leví) que en aquel tiempo eran los encargados del culto en el templo judío, de las ceremonias y sacrificios. 
  3. Empiece a leer los libros de la segunda parte. La Biblia está dividida en dos partes principales: El Antiguo Pacto y El Nuevo Pacto. O tradicionalmente llamado: Antiguo Testamento y Nuevo Testamento. En la primera parte podemos leer acerca del origen y desarrollo del pueblo que Dios formó a partir de un hombre llamado Abraham, su hijo Isaac y su nieto Jacob, llamado luego Israel. De su descendencia, siglos después vino El Mesías (El Cristo). La segunda parte de la Biblia es el cumplimiento de la primera. En el Nuevo Testamento se ve el cumplimiento de las profecías y los propósitos de la ley, de la nación israelita, y contiene las “buenas noticias” de Jesucristo (en griego: evangelio). Por eso es mejor empezar por esta segunda parte, pues el nuevo pacto es el que está “vigente”. Cuando lea el Nuevo Testamento podrá entender mejor el Antiguo.
  4. Empiece a leer los libros más fáciles de comprender. A muchos les atrae el Apocalipsis (o Revelaciones) pero contiene mucho lenguaje simbólico no fácil de interpretar. Le sugiero seguir este orden: Lea primero el evangelio según San Lucas, y su segunda parte: Los Hechos de los Apóstoles. Luego las cartas del apóstol Pablo a los Filipenses, Colosenses, Tesalonicenses, Efesios y Gálatas; el Evangelio del apóstol Juan y sus tres cartas; las cartas del apóstol Pedro, Santiago; las demás cartas de Pablo: Corintios, Romanos, y luego los demás libros.
  5. Lea con calma. No lea apurado como si estuviera leyendo un periódico. Vaya despacio. Es mejor dedicar un tiempo cada día, en el que pueda leer un capítulo diario (o menos), marcarlo y continuar el día siguiente. Recuerde que está leyendo escritos que proclaman ser la Palabra de Dios, escritas ciertamente por hombres pero inspirados por su Espíritu* y por lo tanto es viva y eficaz*.
  6. Lea con una correcta actitud. Con deseos de aprender, de descubrir la verdad, de conocer a Dios. Como todos, usted también tiene ideas preconcebidas de la vida y la religión, pero debe hacer el esfuerzo (en oración y humildad) de dejarlas a un lado. 
  7. No se preocupe por lo que no entiende. Preocúpese por obedecer lo que sí entiende. Hay palabras y expresiones que corresponden a una época y cultura muy diferente a la nuestra y por supuesto no entenderá todo. Lo podrá entender después. Mientras tanto, hay muchas cosas (y precisamente las más importantes) que son muy fáciles de comprender; verdades y consejos útiles para la vida presente y futura. 
La Biblia es un libro fascinante y “comprobable”. Sus historias y sus declaraciones han cambiado la vida de millones y está al alcance de su mano. Tómese un tiempo diario para leerla, y comprobará también su eficacia.
*1ra Pedro 1:20,21; Hebreos 4:12



Publicado el 24 de setiembre del 2011

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