La importancia de una buena señalización

Qué bueno ver los avances en la señalización de las calles de Tarapoto. Fueron varias veces que por falta de ellas o por estar mal puestas, pasé uno que otro susto o recibí algún insulto; como la vez que yendo por el Jr. Orellana quise voltear y subir hacia la izquierda, al Jr. Alfonso Ugarte; pero al oir que me decían ¡animal!, me detuve. Yo sólo seguía la flecha de ese único cartel azul, viejo y oxidado, que – recién comprendí –  no habían quitado cuando decidieron cambiar el sentido del tránsito.

Parecida situación me ocurrió cuando transitaba por el Jr. Piérola, una amplia vía de doble sentido con berma central. Iba subiendo desde el Jr. Orellana hacia el Jr. Lima, pero ¡otra vez!, cruzando el Jr. Alonso de Alvarado, los vehículos venían en sentido contrario ocupando ambos lados de la berma ¡y sin ninguna señalización! En esta ocasión no hubo un insulto pero si un buen susto. Aprendí que en Tarapoto hay que tener cuidado: no hay que creer en todas las señalizaciones, ni tampoco – cuando no las haya – confiar en lo que es obvio. Esto mismo ocurre en el Jr. Martínez de Compagnon, en cuya primera cuadra los conductores usan el lado izquierdo y derecho de la vía en un mismo sentido, pero en la segunda cuadra, el sentido es doble; y si se gira por Jr. Libertad, el sentido cambia de uno a dos, sin que ninguna señal lo advierta. Otro susto me enseñó que a partir de la cuadra 14 de Jr. Leguía el sentido es doble. Subiendo, no hay ninguna señal preventiva que advierta el cambio a doble circulación. Hay una, casi imperceptible, que sólo advierte a los que bajan.

Pero ya conozco más la ciudad, y me alegra ver que la estén señalizando, aunque puede hacerse mejor. La calle Comandante Chirinos (hace poco pavimentada), de poco tráfico y con espacios habilitados para estacionar, tiene los bordes de ambas veredas completamente pintadas de amarillo. Queda la duda si éstas se han pintado para prohibir el estacionamiento, o porque simplemente “así se ve más bonito”. La gente igual deja estacionado sus vehículos. Lo mismo sucede en el Jr. San Pedro del distrito de Morales.

Es evidente también que en algunos trabajos faltó una mejor coordinación y supervisión; como el que se vio en el cruce del Jr. 1 de abril y el Jr. Maximiliano Murrieta de la Banda de Shilcayo. 1 de Abril era una vía de doble circulación, y pintaron las flechas convirtiendo a los dos carriles en un solo sentido; pero no se quitó el semáforo, siendo “útil” a los conductores que transitaban sin darse cuenta del cambio. Pero quienes sí se daban cuenta, tampoco podían evitar ir “contra el tráfico”, pues la otra y única calle que podía llevarlos hacia ese lugar estaba cerrada por los trabajos de construcción de la pista hacia Satélite. No había señalización de desvío, ni policías que dirijan. Recién, durante el desarrollo de APEC se pudo ver a los policías orientando a los conductores. En estos días, a pesar de que la otra pista ya está abierta (por la paralización de los trabajos), todavía se ve a uno que otro conduciendo en sentido contrario, esperando la luz verde de aquel semáforo desubicado que sigue funcionando.

¿Y si se produce un accidente? ¿Y si yo, creyendo ir en el correcto sentido de circulación hubiese chocado con otro vehículo? ¿Y si atropellaba a un peatón? Una buena señalización ordena y regula el tránsito, pero sobre todo previene accidentes. En caso de ocurrir uno, la responsabilidad alcanzaría también a las autoridades competentes. Es urgente señalizar y hacerlo bien, con las especificaciones y medidas según reglamento, regulando las zonas de estacionamiento (indicando si es en diagonal o paralelo), y definiendo los carriles necesarios para ordenar a los vehículos, que en las calles anchas deberían ser más de dos.

Si no proveemos señales claras no podemos exigir su estricto cumplimiento. Incluso en la vida, Dios claramente nos ha dicho cómo debemos transitar por ella (amando al prójimo, cumpliendo los diez mandamientos, confiando en su Hijo). Las señales de tránsito deberían ser vistas y respetadas como cosas “sagradas”, de cumplimiento obligatorio; pero, si no se colocan bien, generarán dudas, y los conductores y peatones las tomarán en menos. Después aparecerán curiosas y redundantes señales reguladoras pretendiendo corregir esto: “OBLIGATORIO: Mantenga su derecha”.

Tristemente los peruanos no destacamos por nuestra educación vial. Pero una buena señalización es la base para enseñar a nuestra gente a conducirse bien por las calles, respetando la ley, sometiéndose a las autoridades, por una ciudad más ordenada y segura. ¿Acaso no es esto lo que queremos?






Comentarios

Entradas populares de este blog

La Biblia no prohíbe la transfusión de sangre

Los Gedeones

Un puente entre Dios y los hombres