Para entender la marcha nacional del 4 de marzo
Todo empezó en noviembre del año pasado, cuando por las
redes se compartía el material educativo publicado en la página Web del
Ministerio de Educación (MINEDU). “Oliver Button es una nena”, era el título de
uno de esos cuentos, pero no pertenecía al currículo del 2017 sino a la guía de
educación sexual integral para docentes de primaria del año 2014. Otro,
titulado “Caperucito Rojo” (cambiando el sexo a todos los personajes) tampoco
pertenecía al nuevo currículo, pues este ya era parte de la guía de tutoría
para alumnos del sexto grado de primaria en noviembre del 2015. El material contenía
ilustraciones de homosexuales presentándose: “Me llamo Javier, mi pareja se
llama Francisco y soy arquitecto”. El MINEDU respondió diciendo que las guías
ya no estaban vigentes y que no corresponden al nuevo currículo escolar. Las
retiraron. Pero las dudas permanecieron: ¿Por qué el ministerio elaboró un
material así? Ya que esto no puede atribuirse a un “error” de sus autoridades, ni
a un “experimento social”, muchos reaccionaron en contra, viendo en ello la
implantación de una nueva manera de entender el sexo y el género del ser
humano, muy contrario a lo que la mayoría de padres desearían inculcar a sus
hijos.
¿Hay ideología de género en el nuevo currículo escolar? Los
padres dicen que sí. El MINEDU siempre responderá que no, porque para ellos no
existe tal “ideología”. Lo que sí aceptan es que hay un “enfoque de igualdad de
género” desde el año 2004, el cual “reconoce el mismo valor en hombres y
mujeres, y busca que, más allá de las diferencias biológicas, ambos tengan
acceso a los mismos derechos, deberes y oportunidades”. El problema con una
repuesta de este tipo es que la mayoría de la población entiende “hombres y
mujeres” por su sexo biológico y nada más. De ahí que al preguntarles si están
de acuerdo con que se promueva el enfoque de igualdad de género (explicándoles que se trata de igualdad para
niños y niñas), el 94% de los encuestados diga que sí, desconociendo que
“igualdad de género” ya no se restringe a eso. En esta brecha de lo que se lee
y lo que realmente dice, yerran muchos profesionales y comunicadores. Si bien,
años atrás, el enfoque de género “clásico” no entraba en los temas de
orientación sexual e identidad de género; “ha sido recién en los últimos años
que dichos conceptos se han incorporado porque los temas de orientación sexual
e identidad de género se han convertido en temas públicos y visibles, y era
necesario abordarlos”*, tal como lo aclara el Centro de Investigación de la
Universidad Cayetano Heredia. De hecho, el Movimiento Homosexual de Lima (MHOL)
está apoyando otra marcha por la “igualdad de género” para el 8 de marzo con el
lema: “Sin discriminaciones ni retrocesos”. (Si ud. todavía no entiende las
diferencias e implicancias de estos conceptos, le invito a leer mi columna dela semana pasada).
¿Promueve el currículo nacional alguna orientación
sexual? El MINEDU responde que no, y afirma que promueve el respeto a lo
diferente. Claro, pero lo “diferente” incluye las diversas orientaciones sexuales
e identidades de género; y ya sabemos que para promover dicho respeto usarán
materiales como los cuentos e ilustraciones mencionados. No le dirán a cada
niño qué orientación sexual seguir, pero sí le dirán que todos esos
comportamientos son opciones naturales, buenas y aceptables. Fiestas de género
en la escuela, “niños de género femenino” que pueden vestirse con uniforme de
niñas o usar el baño de las niñas; prácticas “inimaginables” en nuestro “retrógrado”
Perú, pero ya aplicadas en las escuelas de los países “avanzados”. Es por esto que
los padres piden: “Con mis hijos no te metas”.
¿Están estos padres en contra de la igualdad, el respeto y
la no discriminación? Por supuesto que no. Pero piden que se enseñe apelando a
la condición de ser humano, que basta y sobre para tratar con dignidad a todos,
como la Constitución demanda. ¿Están estos padres en contra de la educación
sexual? Tampoco. Pero que se restringa a ello. No es papel del Estado “construir
la identidad sexual y de género” de los escolares, o incentivar que vivan su
sexualidad “de manera plena”, tal como lo manda el currículo. El consejo, la
orientación y la formación, son y debe seguir siendo papel principal de los
padres.
Con la marcha del 4 de marzo los padres solicitan al
gobierno que cambie en el currículo educativo lo siguiente: Donde dice “identidad
de género”, debe decir simplemente “identidad (biológica)”. Donde dice “igualdad
de género”, debe decir “igualdad de oportunidades”. Donde dice “construye su
identidad”, debe decir “reconoce su identidad” o “reafirma su identidad”. Donde
dice “vive su sexualidad de manera plena y responsable”, debe decir “comprende
su sexualidad de acuerdo a su etapa de desarrollo”. Yo me uno a esta petición
de millones de peruanos, esperando en Dios que el gobierno sea sensato, oiga,
entienda y proceda.
*Centro de Investigación Interdisciplinaria en Sexualidad
Sida y Sociedad de la UPCH
**Para el gobierno, un enfoque de "género" incluye a las personas LGTB y parece diferenciarlo de la "igualdad de oportunidades". Así lo vemos por ejemplo en el punto d del Anexo 6, de las normas publicadas por El Peruano, referente a los planes de gobierno.
[Publicado en Diario VOCES. 4 de marzo del 2017]
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