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Mostrando entradas de noviembre, 2009

“Yo aborté porque es mi derecho”

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Cuando en el congreso se debatía la despenalización del aborto sentimental y eugenésico, un grupo de manifestantes mujeres levantaban sus carteles en la calle... Si su intención era apoyar el proyecto, y conseguir más adeptos hubiera sido mejor que se expresaran con otras palabras: “Yo aborté porque me sentí obligada a hacerlo”; “Yo aborté porque mi vida corría peligro”; “Yo aborté porque no quería que mi niño enfermo sufriera”; “Yo aborté porque fui violada”… en fin. Cualquiera de esas declaraciones hubiesen mostrado más humanidad, sensibilidad y respeto al tema. Pues lo que se leyó fue realmente impactante por decir lo menos. Ver a una mujer sonreír y levantar un cartel declarando (¿con orgullo?): “Yo aborté porque es mi derecho” sólo revela una arrogante e insensible ignorancia, el nulo respeto que se tiene a la vida y al derecho de todos a vivirla.

Los evangélicos y la política

Hace unos treinta años, en la mayoría de las iglesias evangélicas reaccionaban casi alérgicamente cuando se hablaba de su participación en política. Hoy, no sólo la alergia ha desaparecido, sino que se observa un creciente llamado a involucrarse en ella. Es así que muchos evangélicos motivados por “la urgencia de cambiar el país”, creen indispensable formar "un sólo partido político”, pretendiendo que cada congregación se convierta en una base partidaria, y sus miembros en militantes activos con voto asegurado. Posiciones extremas que ameritan una aclaración.