“Yo aborté porque es mi derecho”


Cuando en el congreso se debatía la despenalización del aborto sentimental y eugenésico, un grupo de manifestantes mujeres levantaban sus carteles en la calle... Si su intención era apoyar el proyecto, y conseguir más adeptos hubiera sido mejor que se expresaran con otras palabras: “Yo aborté porque me sentí obligada a hacerlo”; “Yo aborté porque mi vida corría peligro”; “Yo aborté porque no quería que mi niño enfermo sufriera”; “Yo aborté porque fui violada”… en fin. Cualquiera de esas declaraciones hubiesen mostrado más humanidad, sensibilidad y respeto al tema. Pues lo que se leyó fue realmente impactante por decir lo menos. Ver a una mujer sonreír y levantar un cartel declarando (¿con orgullo?): “Yo aborté porque es mi derecho” sólo revela una arrogante e insensible ignorancia, el nulo respeto que se tiene a la vida y al derecho de todos a vivirla.


Es comprensible la angustia de una mujer que ha concebido en contra de su voluntad. Es entendible el sufrimiento de una madre que sabe que su niño nacerá con severas malformaciones. Pero por esas mismas razones, y la complejidad de factores; y porque se trata del surgimiento de una vida humana y no de una verdura ó un animal, es que el tema debe ser tratado con sumo cuidado, con humildad y hasta reverencia. Nadie puede exigir para sí, el "derecho" de decidir por la vida de otro.

Si se exigen derechos, que se empiece priorizando los derechos de aquel que no tiene la posibilidad de exigirlos. (Porque si alguien lo olvidó, el niño tiene derecho a vivir). Nuestro deber es preservar la vida hasta donde sea posible.

Y respecto a los derechos de la mujer, que se empiece por el derecho que tiene ella de conocer y acceder a métodos anticonceptivos y su deber de usarlos. La mujer tiene el derecho de saber la verdad cerca de las técnicas de aborto, de ser informada y guiada en otras vías de solución, y de ser apoyada de manera integral si decide tener un hijo que nacerá con discapacidades. Porque sin duda, es fácil decirle a una mujer que no aborte y pretender así “defender la vida” sin reglamentaciones que lo favorezcan, y sin un presupuesto estatal que permita darle la ayuda necesaria a la madre y a la vida que lleva en su ser. El deber de cuidar la vida debe ser integral.

Respeto por la vida y temor al pensar truncarla; debieran ser actitudes predominantes en estos debates. La ligereza de palabras, la insensibilidad, el orgullo, y la ira, ni debieran asomarse en estas discusiones cualquiera sea la posición sustentada. La "solución" no está en legalizar el aborto. Tampoco está en sólo prohibirlo. Si estamos vivos y somos seres racionales, con sentimientos, capaces de admirar el milagro del nacimiento; si tenemos madres e hijas, y somos sensibles a los problemas que aquejan nuestra sociedad, debemos entender que el tema va más allá que simplemente exigir derechos e imponer deberes. Es también comprensión, amor, sincera búsqueda de la verdad, el bien integral, personal y social.

¡Y reverencia! si es que creemos en la existencia de Dios. No pasemos por alto sus declaraciones: “Antes que te formase en el vientre te conocí…” (Jeremías 1:5). Ni callemos la inspiración divina del poeta bíblico que reconoció : “…tú me hiciste en el vientre de mi madre… mi embrión vieron tus ojos… Estoy maravillado y mi alma lo sabe muy bien.” (Salmo 139:13-18).

No se tome estas líneas como una intromisión de la religión en la vida de los peruanos, ni la imposición de una iglesia en la decisión de cada quien. Sólo es un humilde llamado a tener una mejor actitud cuando se hable de la vida y las vidas que Dios creó.




Publicado el 16 de noviembre del 2009.
Foto publicada en Caretas Nº 2101 del artículo: "Pasiones encontradas"

Comentarios

  1. Anónimo31.7.13

    que blog mas absurdo

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    1. ¿y en qué le parece absurdo? ¿En qué parte le encuentra irracional o sin sentido? Sobre todo en este tema tan delicado como el aborto...

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