Empleados en busca de desempleo


No sólo abundan los que buscan trabajo. También abundan los empleados que buscan perderlo. Claro, no lo manifiestan con documentos ó protestas en las calles, pero con sus acciones manifiestan sin duda alguna, que no quieren trabajar. Podemos citar muchos ejemplos:

Hace unas semanas, una amiga de la familia, propietaria de una reconocida empresa con sucursales en Tarapoto, Lima y otras ciudades; nos contó acerca de las veces en que sus empleados llegaron a "matar" a un familiar por S/.200.00. Una de las empleadas, al empezar cierto día, comunicó el fallecimiento de su padre y solicitó un adelanto por ese monto. La administradora procesó la solicitud, le darían unos días de descanso remunerado y por indicación de la propietaria, la administradora debería llevar un arreglo floral al domicilio y expresar las debidas condolencias a nombre de la empresa. Grande fue la sorpresa de la administradora cuando al llegar a la casa, fue el mismo difunto quien salió a recibir su arreglo floral, quien desconcertado, trataba de explicar que no había muerto... ¿qué había pasado? Su señorita hija no estaba de duelo, estaba de paseo con su enamorado. Perdió el empleo.

Tiempo después, otra joven que hacía no mucho había sido contratada, lloró amargamente en la empresa al enterarse de la muerte de su padre y también pidió S/.200.00 de adelanto (extraña y repetitiva “tarifa”). Por supuesto, la empresa también decidió apoyarla, pero esta vez, sería la misma administradora quien la acompañaría de regreso a su domicilio para entregarle el dinero. La joven contestó nerviosamente que no era necesario tal gesto, “no tienen porque molestarse tanto”, pues “vivo muy lejos”, “los motokar no van hasta allá” decía, pero igual la acompañó. Cuando el motokar llegaba a la casa (porque sí llegaban), la chica empezó a gritar de alegría… ¡Su padre estaba parado en la puerta!, ¡y vivo! Ella bajó y abrazó y besó a su padre, quien paralizado y mudo por tan repentina muestras de afecto, no podía comprender las grandes cualidades actorales de su ya desempleada hija.

Historias que parecen inventadas pero que tristemente son verdaderas. No son las únicas, sino que se repiten día a día: trabajadores que mienten, roban, hacen mal su trabajo, son impuntuales, de mal carácter, sin deseos de superación; y por eso son despedidos ó no se les vuelve a contratar. En estos casos el desempleo no llegó por la crisis económica ó por alguna injusticia por parte del empleador. En casos como los mencionados, el desempleo y la pobreza son resultado de la negligencia, la pereza ó la deshonestidad. ¿Alguien cree realmente que con estas actitudes va a prosperar? ¿Alguien piensa que así vamos a salir del subdesarrollo?

Un proverbio bíblico declara: “el alma del perezoso desea y nada alcanza; mas el alma de los diligentes será prosperada”. Si queremos prosperar de manera integral, tenemos que ser diligentes, proactivos, esmerados en todo lo que hacemos. Debemos aprender a hacer las cosas no sólo por un sueldo, ni por un deber, tampoco “sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres”, como advierte la Biblia, “sino con corazón sincero, temiendo a Dios”.

Los que somos cristianos, no debemos olvidar que la Biblia nos enseña que todo lo que hacemos, lo hacemos no para los hombres, sino para Dios quien siempre nos ve. Nuestro “jefe”, nuestro verdadero “empleador” es él y por lo tanto, al desempeñarnos en nuestro trabajo, debemos darle a él lo mejor.




Publicado el 4 de mayo del 2009

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