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Mostrando entradas de diciembre, 2010

La Esperanza de la Navidad

Así como sucedió en la primera navidad sucede también hoy. Poco se comprende el significado y la implicancia del nacimiento del niño de Belén. Ni José, ni María, ni los pastores, ninguno en ese momento podía realmente entender la vida y la misión que tendría aquel recién nacido que se llamaría Jesús. Difícil para ellos, pues se trataba del futuro. Lo triste es que ahora, aun siendo parte de la historia universal y a pesar que en los calendarios es casi una celebración mundial, millones siguen sin comprenderlo. Tan solo era un niño. Pero ese niño crecería. Sería un gran líder, un gran maestro. Tendría la capacidad de sanar y andar sobre el mar. Pero también la gente lo iba a odiar y matar. ¿Quién podría haberse imaginado todo ello? Así es la meditación que Marcos Vidal hace en su canción:

Y usted, ¿se tatuaría el número 666?

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El número 666 es reconocido por siglos como “el número del diablo”. En el Libro de Apocalipsis ( ó Revelaciones), el apóstol Juan vaticina que éste será un sello, una marca, que al final de los tiempos, un gobierno mundial anti-Dios exigirá como medio de validación para toda transacción económica. De tal manera que nadie podrá comprar, vender, o acceder a cualquier servicio, si primero no se ha registrado en el sistema y porta en su cuerpo este código. Código con el que muestra su total sometimiento al Anti-Cristo, la “Bestia”, el falso Profeta; y su rechazo al evangelio de Jesucristo.

Héroes de la Lucha Anticorrupción

No se han levantado monumentos en su memoria. No han recibido medallas ni diplomas. Pasan desapercibidos. Son héroes anónimos. Ciudadanos de apariencia común pero de acciones poco comunes. Con ese tipo de acciones que parecen insignificantes, que muchos subestiman y hasta rechazan; pero que en realidad esconden un poder tal que tienen la capacidad de contener el avance de la corrupción y hacerlo retroceder. El Perú necesita no miles, sino millones de ellos. Son “héroes” porque voluntariamente han pagado el costo que la lucha anti-corrupción demanda. Aunque no han entregado su vida, han tenido que luchar primero contra sus propios impulsos, para luego renunciar a algún “beneficio” personal, asumiendo alguna “pérdida” y enfrentando la corrupción con humildad, valentía y determinación. No una vez, sino varias veces.