La Esperanza de la Navidad
Así como sucedió en la primera navidad sucede también hoy. Poco se comprende el significado y la implicancia del nacimiento del niño de Belén. Ni José, ni María, ni los pastores, ninguno en ese momento podía realmente entender la vida y la misión que tendría aquel recién nacido que se llamaría Jesús. Difícil para ellos, pues se trataba del futuro. Lo triste es que ahora, aun siendo parte de la historia universal y a pesar que en los calendarios es casi una celebración mundial, millones siguen sin comprenderlo.
Tan solo era un niño. Pero ese niño crecería. Sería un gran líder, un gran maestro. Tendría la capacidad de sanar y andar sobre el mar. Pero también la gente lo iba a odiar y matar. ¿Quién podría haberse imaginado todo ello? Así es la meditación que Marcos Vidal hace en su canción:
“¿Quién pensó que aquel niñito moriría en la cruz?
Trayendo a nuestro mundo nueva aurora de luz
Y una nueva vida y una oportunidad
De llegar al Padre una vez más.
¿Quién pensó que al tercer día iba a resucitar?
Batiendo al infierno y a la muerte fatal
Abriendo nuevos tiempos de felicidad
Por amor, por amor. A ti.
“Hoy, nuestro mundo se ha olvidado de Jesús
Han cambiado su victoria por placer terrenal
Y de su cruz queda ya un recuerdo.”
“Vivir, matar si es necesario alguna vez,
Cortar la vida antes de que pueda aún nacer
Y del niño de Belén un recuerdo.”
“Jugar a ser una mejor generación,
Marcharse si es posible del hogar
Sembrar odio y rencor sin saber perdonar”
“Escucha en esta hora la eterna verdad
El niño de Belén un día va a regresar
En gloria y en poder el juzgará tanta maldad
Marcando frontera final.
Y todo el universo lo podrá contemplar
Y toda obra oculta a la luz nacerá
Su iglesia marchará con él a un nuevo lugar.
Un hogar, un dulce hogar que prepara ya”.
No tiene sentido celebrar Navidad sin tomar en cuenta la vida, muerte y resurrección de Jesús a favor nuestro. Este mundo se ha olvidado de aquel niño, persiste en hacer lo incorrecto, piensa solo en el propio placer, promueve el aborto, no defiende el matrimonio ni la unidad familiar, ni la salud integridad de los pequeños.
Jesús ya no es un niño. Ascendió a los cielos y volverá, pero ya no para ser humillado y rechazado. Él vendrá como Rey y Señor. Pues así como se cumplieron las profecías acerca de su nacimiento, así se cumplirán las que anuncian su regreso. Y la Navidad cumplirá su propósito final. Y habrá felicidad. Esta es la esperanza de la Navidad.
Publicado el 18 de diciembre del 2010
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