“Dios: Si me ayudas te prometo…”
¡Cuántas oraciones se han elevado a Dios pidiéndole ayuda a cambio de una consagración! Los casos abundan y los ejemplo sobran: "Si salvas mi hogar, te prometo que cada mes haré una donación para los pobres..."; "Si sanas a mi hijo prometo ir todos los domingos a la iglesia..."; "Si me sacas de la miseria, te obedeceré siempre...". Oraciones sinceras de personas que desesperadas recurren a su Creador, quien todo lo puede; pero que también ha sido ocasión para revelar la rebeldía, la ignorancia y el orgullo propio que tenemos los seres humanos.