Biblia mal leída: Fuente de mil pretextos.
Los cristianos que practican el
nudismo hacen mención que en el huerto del Edén, “Adán y Eva estaban desnudos”. Dios los puso así,
por lo tanto no debería prohibirse la desnudez por las playas y calles.
El “bebedor social” defiende su
embriaguez citando el milagro en el que Jesús convirtió el agua en vino.
El hombre que tiene más de una mujer se compara con frecuencia de los personajes bíblicos que tuvieron esposas y concubinas
como Abraham, Jacob, David o Salomón.
Quienes practican la homosexualidad y
a la vez quieren estar bien con Dios, interpretan la historia de amistad y
lealtad entre David y Jonatán como una relación homosexual que Dios avaló.
El vegetariano deduce que Jesús no
pudo matar y comer ningún ser vivo pues su mensaje fue de paz y amor. Así que los
pasajes bíblicos que muestran a Jesús comiendo carne lo interpretan como algo
simbólico.
El comunista dice que los primeros
cristianos también lo fueron porque “tenían todas las cosas en común”.
El que quiere enriquecerse sobre enfatiza
las promesas divinas y defiende la “teología de la prosperidad”.
¿Se puede sostener cualquier cosa con
la Biblia? Sí, casi cualquier cosa, si se lee mal. Pero si se lee y se
interpreta correctamente, no. Entonces surge otra pregunta: ¿quién puede interpretar
correctamente la Biblia? Yo creo que cualquiera que sea sincero y tenga una buena
comprensión de lectura. Porque el primer error es leerla no con el deseo de encontrar
la verdad (y corregirse si fuese necesario), sino con la intención de hallar
sustento a lo que ya decidió creer. El segundo gran error es usar la Biblia de
manera incompleta.
Cuando sólo se considera un pasaje,
sin estudiar el contexto inmediato ni el contexto general (el mensaje global de toda la Biblia), se incurre en graves errores. Tal como sucede en los ejemplos citados al comienzo que pretenden justificar el
nudismo, la borrachera, la infidelidad, etc. Lo cierto es que si en un capítulo vemos que Adán
y Eva estaban desnudos (antes de desobedecer), también es cierto que en el capítulo siguiente Dios mismo les dio ropas de pieles de animales. Si en una página leemos que
Jesús hizo vino, eso no justifica el exceso, porque en otra página leemos que los borrachos no entrarán en el reino de
los cielos. Si se cita que Abraham y otros se casaron con más de una mujer, debe citarse también los grandes problemas que tuvieron a causa de
esto, y que después de Cristo, claramente se ordena a volver a lo que era en el
comienzo, es decir, que cada uno tenga una mujer. Respecto a la
homosexualidad, la Biblia no dice que David y Jonatán lo practicaran. Al
contrario, lo que dice es que David tuvo muchas mujeres y hasta pecó por adulterio al mandar llamar
a la esposa de un general para acostarse con ella. De igual manera podemos
explicar los otros casos y muchos más.
Una cosa es no tener claro ciertos aspectos (secundarios) del cristianismo. Otra cosa distinta es tratar de justificar el pecado, donde las “miles interpretaciones de
la Biblia” corresponden a miles de pretextos, porque más fácil es cambiar su mensaje que
cambiar uno mismo. Por eso el apóstol Pedro advirtió: “…ninguna profecía de la Escritura puede interpretarse según el
personal parecer de cada cual, porque los profetas nunca hablaron por su propia
voluntad. Al contrario, eran hombres que hablaban de parte de Dios, movidos por
el Espíritu Santo”. Por lo tanto, debemos leer todos libros de la Biblia buscando en ella
la voluntad de Dios, su parecer, su opinión; y estudiarla con sinceridad, con reverencia
y esmero. No en vano los cristianos creemos que la Biblia es la Palabra de
Dios.
* 2da.
Pedro 1:20-21
[Publicado el 2 de febrero del 2013]
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