No solo de inguiri vive el hombre
“Si eres Hijo de Dios, convierte estas piedras en pan”, fue la tentadora proposición que el diablo le hizo a Jesús en sus días
de ayuno. Jesús, quien sabía que no debía usar tal poder para satisfacer sus
propias necesidades le contestó con unas palabras de la Escritura Sagrada: “No solo de pan vivirá el hombre, sino de
todo lo que sale de la boca de Dios”.
Imagino que si este relato fuese
originario de nuestra selva bien podría decir el texto: “no solo de inguiri
vive el hombre…” un alimento básico,
infaltable en los platos de estas tierras, a tal punto de que si no está
en la mesa, la comida no se disfruta de la misma manera. Y de ahí su
importancia para la reflexión: Así como necesitamos comer pan, inguiri y demás
alimentos para vivir físicamente; de la misma manera necesitamos comer de la
Palabra de Dios para poder vivir espiritualmente. Porque no somos solo carne, no
somos solo materia, somos también seres espirituales. Si no alimentamos el
espíritu estamos siendo negligentes con nosotros mismos. Las noticias que vemos
a diario acerca de nuestro país y el mundo son evidencia que sufrimos de una
gravísima desnutrición y agonía espiritual.
Si solo buscamos satisfacer nuestras
necesidades físicas y materiales siempre nos faltará “algo”. Y ese “algo” es el
“hambre” que siente la otra parte de nuestro ser: Hambre espiritual, necesidad
de Dios, de paz y propósito en la vida. Cuántos hay que por ignorar esta realidad en
vez de buscar a Dios corren con más fuerzas buscando solo más de lo mismo,
“alimentándose” de más títulos, fama, poder, dinero, alcohol, vicios, sexo, sin
lograr satisfacerse. La pregunta del profeta sigue siendo pertinente: “¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es
pan, y vuestro salario en lo que no sacia? Oídme atentamente y comed del bien…”
Cuando no alimentamos el espíritu, carecemos de fuerzas para enfrentar la corrupción, no podemos ir en contra de la
corriente, no podemos vencer las tentaciones. Tampoco tenemos la sabiduría para
tomar buenas decisiones, ni vemos con claridad lo que es bueno y malo, no podemos
afrontar las dificultades de la vida ni tener un carácter de bien. Si no
alimentamos el espíritu lo perderemos todo, porque lo físico y material pasará
y se pudrirá, solo el espíritu trascenderá a la muerte. ¿Y qué haremos si no hemos alimentado nuestro espíritu?
Como dice la Biblia: pasaremos a una condena de muerte eterna.
Por eso, leamos la Biblia, allí está
la Palabra de Dios. ¡Necesitamos comer de ella! Aprenda a leer la Biblia, lea los evangelios, y conforme vaya leyendo irá comprobando cómo realmente satisface su ser. Lo
que lee, créalo y obedézcalo, y verá como su vida se irá fortaleciendo. La
Biblia es un conjunto de libros cuyos autores fueron “inspirados por el Espíritu de Dios” por eso es “viva y eficaz”, por eso cambia la vida, renueva, restaura y vivifica.
Asista regularmente a una iglesia para oír la Palabra de Dios y lleve a su
familia. Sus hijos también necesitan fortalecer su espíritu; sino, ¿cómo
enfrentarán este mundo cada vez más perverso? ¿Cómo podrán decir no a la
presión de sus amigos? ¿Cómo podrán tomar mejores decisiones?
Jesús dijo: “Yo soy el pan de vida, el que a mí viene nunca tendrá hambre; y el que
en mí cree, no tendrá sed jamás”. Con él, y solo con él daremos vida a
nuestro espíritu. Recuerde: No solo de inguiri vive el hombre.
*Isaías 55:2;2da Pedro 1:21; Hebreos 4.12; Juan 6:35
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