Una nueva generación de líderes
Necesitamos con urgencia formar una nueva generación de líderes. Una que sepa liderar a través del servicio, buscando dar lo mejor de sí mismos para el bien de los demás. Líderes que no piensen primero en su propio provecho ni en el de sus allegados, sino en el de aquellos sobre los que está liderando.
Necesitamos una nueva generación de líderes cuya visión no se limite a la expectativa de aplausos inmediatos sino que trabajen a conciencia, haciendo lo que es correcto, satisfaciendo las verdaderas necesidades de la gente y no sus caprichos. Líderes que tomen decisiones y ejecuten obras con beneficios que sobrepasen incluso a su propia existencia, para bien de las próximas generaciones.
Necesitamos líderes con un nuevo poder, no el de la coerción, ni del dinero, ni la amenaza o las armas; sino con el poder de la veracidad y el ejemplo. Líderes con una autoridad basada en su propia integridad y su absoluto respeto a las leyes, cumpliendo con lo que éstas le exigen, o le permiten hacer.
Necesitamos líderes que no se mareen con el poder ni se enceguezcan por la adulación; sino que se mantengan firmes, con los pies bien puestos en el suelo, que con humildad y respeto sepan oír, concertar, acompañar y dirigir, sin importar a quien le den el crédito de los logros.
Necesitamos líderes firmes en sus valores, que se mantengan limpios en medio de tanta corrupción, valientes y no cobardes, que sepan decir no a lo malo y lo oculto, capaces de sostener tal negación, prefiriendo perder dinero o el cargo antes que embarrarse en la podredumbre de la mentira y la deshonestidad.
Necesitamos líderes al estilo de Jesús, quien enseñó con su ejemplo que para ser primero se debe ser el último; y que el más grande debe servir a los demás. Líderes convencidos que todo cargo y puesto de autoridad no es propio ni eterno, sino que se reciben del cielo por un tiempo. De la misma manera todo recurso, talento, don o conocimiento, los cuales Dios no da para un uso mezquino y personal, sino para el bien y desarrollo del prójimo.
Necesitamos este tipo de líderes en la política, en las instituciones del estado, en las empresas, en los sindicatos y gremios, en los medios de comunicación, en el barrio, en la casa, en la iglesia. Líderes que vayan en contra de la corriente, disconformes con nuestra actual sociedad, que aspiren algo mejor, y trabajen por el cambio.
¡Necesitamos líderes! ¡Los necesitamos con urgencia! Pero este tipo de líderes no pueden formarse con una juramentación o un taller de tres días, la verdad es que se requiere de años. Si queremos tener una mejor sociedad dentro de veinte años debemos empezar ya.
¡Empecemos a formarlos! Sí, usted, yo, nosotros. Cada uno en el lugar en el que ejerce influencia. Con una influencia positiva, diferente, con un estilo de liderazgo innovador, basados en principios bíblicos, al estilo de Jesús.
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