Jesús al Revés
“Perder para ganar”
“Morir para vivir”
Jesús me confunde. Yo quiero ganar, pero él dice que para
ello tengo que perder. Yo quiero vivir, pero él dice que para lograrlo debo
morir...
“¿Quieres ser el de
más autoridad? Sirve a los demás.”
“¿Quieres más?...
entonces da más. Mas bienaventurado es dar que recibir”
“Si buscas ser el
primero puedes quedar último, y siendo el último podrás ser primero.”
“Porque el que se
enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido.”
“El que procura
salvar su vida, la perderá; y todo el que la pierda, la salvará.”
Jesús está de cabeza. Todo lo dice al revés. Sus paradojas me confunden. Uno camina por la vida con la misma orientación con que lo hacen millones en el mundo y él contradice totalmente mi percepción de bienestar. Hemos visto, nos han enseñado, hemos aprendido que el poder se sostiene sometiendo a los demás por la fuerza, que para ascender tenemos que pisar a otros, que lo importante es competir y ganar, que alcanzar el éxito y ser primero es lo más importante. Acumular riquezas, alcanzar reconocimiento, tener sirvientes, cuánto más, mejor, ¡eso es vida! Cuidar nuestros propios intereses, divertirnos sin pensar en las consecuencias, satisfacer todos nuestros deseos, ¡eso significa vivir!… Jesús dice lo contrario.
“Cuando pierdas tu
vida y me la entregues, recién la hallarás.
Si la guardas sólo para
ti, entonces la perderás”.
“Yo he venido para
que tengas vida y la tengas en abundancia.”
Pérdida. Entrega. Sometimiento. No parecen ingredientes
para el éxito. Muchos estamos de acuerdo en que Jesús fue un Gran Maestro, pero
¿se habrá equivocado en esto? Y si lo que dice es cierto, ¿por qué me rehúso a seguir
sus enseñanzas? ¿Por qué tan pocos la siguen? ¡Que difícil es! Creo que la
mayoría siente lo mismo que yo, que si me entrego a él me quedaré sin nada. Que
si pierdo “lo mío” y dejo de hacer lo que me gusta seré infeliz. Que si me
someto a él y a sus enseñanzas perderé mi personalidad, mi libertad. Sin
embargo Jesús persiste en decir lo contrario:
“Si permaneces en
mis enseñanzas, serás realmente mi discípulo.
Y conocerás la
verdad, y la verdad te hará libre.”
“Si yo te liberto,
serás verdaderamente libre”.
O Jesús se desubicó en la irrealidad por una falta de cordura;
o el desubicado soy yo y él tiene toda la razón. Tengo que decidir. Porque Jesús
ofrece verdadera libertad y vida en abundancia (lo que todo el mundo busca) pero
por un camino nuevo, diferente, totalmente opuesto. Y creo que es hora de creerle o al menos “probarle”.
(Si soy sincero debo reconocer que si fuésemos más humildes, más
dadivosos, más serviciales, más interesados en los demás… este mundo estaría
mucho mejor).
La verdad es que si vemos un Jesús al revés es porque estamos de cabeza. Yo voy a enderezarme. Necesito reorientar mis sentidos para ver
la realidad que él ve. Quiero andar derecho, caminar con el Maestro, permaneciendo
firme sobre el suelo que pisan sus pies. Y aunque los demás se rían diciendo
que camino de cabeza, ya no me importa. Sé que estoy en un mundo al revés.
Que excelente articulo..!!
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