Acerca de la prohibición de las imágenes religiosas

No concuerdo con la adoración o veneración de imágenes religiosas, pero la disposición que dio la jefa del CONCYTEC (Consejo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación Tecnológica) va por mal camino. Es una medida desacertada, sin fundamentos e inconstitucional, pues atenta contra la libertad de credo que como peruanos tenemos.

El personal de CONCYTEC tiene una semana de plazo para retirar toda imagen religiosa de sus oficinas, porque, como dice el comunicado: “Debemos impulsar el pensamiento crítico basado en la evidencia. Este es la piedra angular de la ciencia. He visto con preocupación la proliferación de imágenes religiosas en CONCYTEC...” ¡Qué palabras tan desacertadas! (evidencia de un deficiente análisis del “problema”), porque si les preocupa la falta de pensamiento crítico en aquellos que expresan su fe, la "solución" no sería pedirles retirar las imágenes que veneran, sino despedirlos y contratar ateos. No porque esconden su devoción se convertirán en personas más “críticas”; pues es obvio que aún sin sus cuadros ni imágenes en la oficina ¡seguirán creyendo en ellas! ¿O se trata sólo de guardar las apariencias ante  “visitantes extranjeros” como también hace alusión el comunicado?

Pero abordar el tema de esta manera demuestra además prejuicio contra la fe religiosa. Da a entender que un religioso carece de la “piedra angular” para ser científico; y si es así ¿qué diremos de Blaise Pascal, Isaac Newton, Robert Boyle, Michael Faraday, Gregor Mendel, Max Plank? Todos, reconocidos hombres de ciencia y de fe. O William Daniel Phillips, premio nobel de física 1997; o Francis Collins, ex-ateo quien dirigió el proyecto del genoma humano. Ser religioso y depender de Dios no es limitación para destacar en las ciencias. Para ellos la piedra angular de la ciencia es Dios.

La entidad estatal explica en su comunicado que por ser un espacio público tiene que ser neutral, “sin distinción de credo…”. Y aclara (o al menos intenta) que “los trabajadores del CONCYTEC deben estar seguros que esta posición sobre las imágenes religiosas en lugar de estar en contra, defiende el derecho de cualquier ciudadano y de ellos mismos a profesar una religión libremente”. O sea, en otras palabras: “Les aseguramos que no estamos en contra. Respetamos su derecho de profesar libremente su religión pero sólo si lo hacen en privado. Son libres de creer, pero les prohibimos manifestarlo públicamente en la oficina…” ¡Qué tal contradicción! Contradicción que nace del error de pensar que para respetar todas las creencias no hay que manifestar ninguna, y eso no es respeto, es fingir, ocultar, pero de ninguna manera es libertad. La verdadera libertad no ofende. Expresar mi fe en público, tener una Biblia en mi oficina o un cuadro de Jesús no debería ofender a nadie si es que hay respeto. No me siento ofendido cuando entro a una oficina pública y veo una imagen religiosa aún si es de Buda o de un dios hindú. No creo en ellas, pero respeto la decisión de quien sí cree. ¡Somos un país libre!

Con la premisa de no ofender a nadie alguien podría proponer la demolición del Cristo del Morro Solar o quitar las cruces en los cerros por estar en espacios públicos. Podrían prohibirse los eventos religiosos en plazas y calles, y que no se mencione más a Dios en los colegios, y que en los hospitales del estado no se hagan más oraciones ni rezos. A pesar de ser un país de mayoría cristiana, podría luego quitarse la mención a Dios en el himno nacional y anularse todos los feriados religiosos del calendario.

No hay que confundir las cosas: un estado laico no es un estado ateo. Aun cuando el estado sea independiente a cualquier religión y la injerencia de éstas sea nula en el gobierno; el ciudadano no dejará de ser religioso, por lo tanto no debe ser reprimido. Más bien, se debe propiciar la tolerancia, el respeto y la libertad de todas las creencias sin que los ciudadanos se ofendan ni tengan temor a ser discriminados o despedidos. ¡Cuidado por donde vamos!

[Publicado el 4 de mayo del 2013]