Resultados electorales: Ni para reír, ni llorar.

Hace tiempo que los peruanos comprobamos que el voto electoral es más emocional que racional. Y en estas elecciones hemos visto más que en otras, como la ira o el miedo han acompañado la decisión de votar o no por un candidato. Miedo al cambio o al regreso de lo mismo. Ira hacia aquellos que obraron mal. Cólera e intolerancia hacia los que opinaban diferente. Pero las elecciones se dieron y los resultados trajeron además “piconería y revancha”; festejo y lamento. Sin embargo, el que haya ganado o perdido el candidato preferido, no debe ser ni para reír ni llorar.

Es muy apresurado festejar. De aquí a un par de años sería una mejor ocasión. Hay que esperar. Ya los peruanos deberíamos aprender a no celebrar promesas, sino más bien cumplimientos, objetivos reales. Todos esperamos que el gobierno de nuestro nuevo presidente Ollanta Humala sea exitoso; se continúe con todo lo bueno hasta ahora alcanzado, y se den las correcciones necesarias para el bien de muchos más. Pero al ver celebrar a multitudes con tanta algarabía, con los ojos llenos de ilusión y esperanza, no puedo evitar pensar en aquellos pasajes bíblicos que advierten a no poner la confianza en el hombre, porque eso trae decepción y maldición. Él candidato ganador no es el salvador del país. Es sólo un hombre, y junto a su equipo, como todos, son imperfectos y falibles. Poner excesiva esperanza en su gobierno, en que en los próximos cinco años nos irá todo bien es extralimitarse en las expectativas. No vaya a ser que se repita lo que ocurrió con nuestro ex presidente Toledo, quien con un apoyo nacional en la movilización de la marcha de los cuatro suyos; luego, a la mitad de su gobierno contaba con un 6% de aprobación, con protestas en todo el país, rechazado por aquellos mismos que hace unos años le ovacionaron.

Tampoco los resultados son para lamentarse, quejarse, y esperar lo peor. Que la señora Keiko Fujimori no haya ganado, no implica la total desesperanza  para nuestra nación. Quienes lloran y ven con pesimismo los próximos años, es porque también cayeron en el error de haber puesto demasiada confianza en su persona, en su equipo o plan de gobierno. Y ella no es la salvadora del país. Los insultos a quienes no votaron por ella y el pesimismo no deben tener lugar. La fatalidad no es la única opción para el futuro del Perú. Habrá que esperar, y confiar.

“Maldito el hombre que confía en el hombre… y su corazón se aparta de Dios. Será como la retama en el desierto, y no verá cuando viene el bien…” sentencia la Biblia*. En cambio, “Bendito el hombre que confía en Dios. Será como el árbol plantado junto a las aguas… en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto”.

Si somos un país cristiano, nuestra confianza total debería estar puesta en Dios y no en los hombres. Él debe ser el motivo de nuestra risa, porque él es nuestro sustentador. Cuando vengan mejores tiempos, será porque Dios estará “haciendo bien, dándonos lluvias del cielo y tiempos fructíferos, llenando de sustento y de alegría nuestros corazones” y habrá que darle la gloria a él. Y si vinieran tiempos difíciles, igual estaremos contentos, porque él prometió: “no te desampararé, ni te dejaré”.

Por eso ni reír, ni llorar. Mejor agradecer y confiar. La fe personal tiene recompensa: “A los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien”.

* Jeremías 17:5-8; Hechos 14:17; Hebreos 13:5; Romanos 8:28



Publicado el 11 de junio del 2011

Comentarios

  1. Hola Hermano Alexander Que Dios Te Colme De Bendiciones Conforme Las Riquezas En Cristo Jesus. Gracias Doy A Dios Porque La Verdad De Dios Siempre Se Hace Manifiesta. Haz Hablado Con Denuedo, Nuestra Esperanza Esta Puesta En Nuestro Dios Poderoso, No En Hombres.
    He Agregado Tu Blog AL Que Dios En Su Grandeza Me Permitio Realizar. Te Invito a http://www.jesussigotuspasos.com seria un placer que lo visitaras. Un Gran Abrazo Y Que La Gracia De Nuestro Senor Jesucristo Siempre Ilumine Tu Vida Y Que Dios Te Siga Dando Saviduria Para Seguir Hablando Con Denuedo Su Palabra. Gloria, Honor Y Poder A Yeshua HaMashiaj, Amen Y Amen.

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