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Para que le vaya bien

En la Biblia hallamos innumerables promesas de Dios. Unas son incondicionales, otras tienen requisitos. Algunas de ellas son particulares y se dieron sólo para ciertos propósitos; otras son generales, válidas todavía para quien las quiera aceptar. Y otras, si bien fueron dirigidas a personas específicas, se aplican perfectamente a cualquiera que cumpla con los mismos requisitos. Este es el caso de las promesas que Dios le dio a Josué cuando recibió el encargo de guiar al pueblo de Israel a la tierra prometida: “…Dios estará contigo en dondequiera que vayas”; “…entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien”; “…para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas” (Libro de Josué cap.1 vs.7-9)

El regalo guardado

Es una cosa rara... un hecho que para ser bastante incomprensible se ve muy natural. Las personas de ese lugar, tienen por costumbre guardar sus regalos tal como se los han entregado. No los abren. Año tras año, dichas familias celebran “El día del Regalo”. Para recibir ese día decoran sus casas, encienden luces, tocan música, se reúnen en una cena, y a medianoche, se abrazan unos a otros para expresar sus buenos deseos. Cada uno recibe un regalo por el cual agradecen. Pero al terminar la reunión, cada uno se lleva su regalo tan bien envuelto como lo recibió, para guardarlo con mucho cuidado. No lo abren. Nunca se enteran lo que hay en su interior. Por supuesto, jamás lo usan.

La suma de tus decisiones

Todos los días tomamos decisiones. A cada hora, a cada minuto. En estos precisos momentos usted ha tomado la decisión de leer estas líneas y en breves segundos decidirá si sigue leyendo o no, pero espero que siga leyendo porque aunque parezca una decisión intrascendente – como muchas otras – es precisamente la suma de ellas, las que dan como resultado el tipo de personas que seremos y el bien que disfrutaremos.

Profesores que enseñan de cabeza

Una "espeluznante" conversación se dio entre tres docentes que esperaban el inicio del último examen del concurso público de profesores. Empezaron hablando de cosas triviales, de sus lugares de procedencia, de su nerviosismo, de sus deseos por alcanzar una plaza, y de sus especialidades. Y en este punto, como cada uno dominaba materias diferentes y por supuesto, cada uno deseaba conocer lo que sabía el otro; la conversación dio lugar a una propuesta que sólo podía hablarse en voz baja: “Hay que ayudarnos en el examen” dijo uno. “Ya pues” – respondió el otro – “Yo les paso las de Ciencias y ustedes me pasan las de Historia y de Comunicación”. “Yo paso” – dijo el tercero. Y añadió: “No cuenten conmigo. No es correcto”... Una extraña y anormal turbación dominó a los otros dos. No entendían lo que pasaba y el silencio dio lugar a la reflexión. El que hizo la propuesta, mirando con desaprobación al colega sólo atinó a lamentar: “¿Por qué seremos los peruanos así? ¿Porqué seremos

“Yo aborté porque es mi derecho”

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Cuando en el congreso se debatía la despenalización del aborto sentimental y eugenésico, un grupo de manifestantes mujeres levantaban sus carteles en la calle... Si su intención era apoyar el proyecto, y conseguir más adeptos hubiera sido mejor que se expresaran con otras palabras: “Yo aborté porque me sentí obligada a hacerlo”; “Yo aborté porque mi vida corría peligro”; “Yo aborté porque no quería que mi niño enfermo sufriera”; “Yo aborté porque fui violada”… en fin. Cualquiera de esas declaraciones hubiesen mostrado más humanidad, sensibilidad y respeto al tema. Pues lo que se leyó fue realmente impactante por decir lo menos. Ver a una mujer sonreír y levantar un cartel declarando (¿con orgullo?): “Yo aborté porque es mi derecho” sólo revela una arrogante e insensible ignorancia, el nulo respeto que se tiene a la vida y al derecho de todos a vivirla.

Los evangélicos y la política

Hace unos treinta años, en la mayoría de las iglesias evangélicas reaccionaban casi alérgicamente cuando se hablaba de su participación en política. Hoy, no sólo la alergia ha desaparecido, sino que se observa un creciente llamado a involucrarse en ella. Es así que muchos evangélicos motivados por “la urgencia de cambiar el país”, creen indispensable formar "un sólo partido político”, pretendiendo que cada congregación se convierta en una base partidaria, y sus miembros en militantes activos con voto asegurado. Posiciones extremas que ameritan una aclaración.

No a la celebración sin razón

Nos gusta celebrar. Celebramos el día de la Madre, Fiestas Patrias, Semana Santa, Navidad, Año Nuevo. Festejamos los cumpleaños, el nacimiento de un niño, los aniversarios de bodas, de las instituciones y de la provincia. Y aunque en el día de las madres son ellas las que más trabajan, y la semana santa, de santa no tiene casi nada, y otras muchas celebraciones se conviertan en pretexto; aún así, todas tienen una razón. Pero en estos últimos años, y cada vez con más fuerza, los medios de comunicación nos están vendiendo la “Fiesta de Halloween”; una celebración ajena a nuestra tierra, sin motivo y sin razón; que poco a poco y sin darnos cuenta, la estamos comprando a un precio muy alto.

La Biblia como herramienta para el desarrollo (II)

Hay quienes pretenden asignar a la Biblia un papel meramente espiritual, sin importancia en el mundo material. Como si fuera un asunto privado, sólo de fe, restringido al ámbito religioso, sin mayor efecto en la sociedad (salvo acompañar bodas, entierros y juramentos). Pero los libros de la Biblia no sólo hablan “del más allá”, sino “del muy acá”, del presente, del día a día, de principios y valores que permiten una mejor vida en esta tierra. Por eso, necesitamos “redescubrir” la Biblia, “desempolvarla” y comprender su valor práctico para afrontar los problemas de nuestra nación.

La Biblia como herramienta para el desarrollo (I)

Muchos no estarán de acuerdo con la afirmación que hoy presento, y lo comprendo. La Biblia se ha ganado una mala fama no por sí misma, sino por el mal uso que se le ha dado. Diversas agrupaciones religiosas se han encargado de interpretarla a su propio parecer, enseñando cuestiones sin mayor efecto en la sociedad (como qué se puede vestir ó qué no se puede comer) hasta otras que afectan la salud y la vida (como prohibir las transfusiones de sangre). Se culpa a la Biblia de ser un tropiezo al desarrollo y el avance de las ciencias (caso Galileo Galilei) y ser el principal insumo del “opio de los pueblos”. Muchos juzgan la Biblia por las vidas inconsecuentes de quienes la proclaman. Pero ningún libro se puede juzgar por la incosecuencia de sus lectores y promotores sino por su contenido.

Centros de Formación Ciudadana

Creo que muchos estamos de acuerdo en la imperiosa necesidad de mejorar nuestros Centros de Formación Ciudadana. Necesitamos formar una nueva generación de peruanos, de buenos ciudadanos: responsables, respetuosos, honestos, trabajadores, con iniciativa, con ideales, con los valores necesarios para construir un Perú más justo para todos. Las últimas décadas revela que el trabajo que hemos venido haciendo al respecto, es deficiente. Los actuales Centros de Formación Ciudadana necesitan de urgente apoyo.

No hay paz sin justicia

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“Y el efecto de la justicia será la paz; y la labor de la justicia, reposo y seguridad para siempre” (Palabras de Isaías, profeta bíblico. 700a.c.) La justicia es imprescindible para desarrollar una cultura de paz. Es un principio elemental pero subestimado. Lo contrario también es terriblemente cierto: El efecto de la injusticia es la violencia, angustia e inseguridad. Mire como está nuestro país. Años de injusticia y corrupción han hecho que nuestros pueblos ya no crean en el diálogo, desconfíen de las instituciones, duden de sus autoridades, piensen que las leyes sirven sólo para pretextar el abuso y que la única vía “que sí funciona” es ejecutar una medida de fuerza. Peor aún, no falta quienes sostienen que la única solución es un levantamiento en armas.

Pare de Sufrir… Sí, pero Gratis

El eslogan: “Pare de sufrir” es muy atrayente. En tiempos de inseguridad, violencia, problemas familiares, enfermedades, preocupaciones financieras… ¿quién no quisiera librarse de todas esas angustias? Sobre todo si se anuncia que Dios mismo quiere ayudarlos. Sin embargo, muchos terminan siendo víctimas de falsos pastores que ofrecen “amuletos religiosos” y oraciones para “desatar” bendiciones divinas, a cambio de una “siembra” económica, que cuanto mayor sea, mayor será la bendición. ¡Cuidado! No hay que dejarse sorprender. Hay que advertir: Si alguien le pide dinero como condición para que Dios le bendiga, no le dé ni un céntimo. Las bendiciones de Dios no se pueden comprar. No vienen en objetos bendecidos ni rituales místicos. Dios no vende, no cobra, y mucho menos pone precio.

El compromiso de aprender a amar

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Hace un par de noches reflexionaba acerca del amor en el matrimonio religioso de dos jóvenes de nuestra iglesia. Ella llegó radiante, feliz, con una linda sonrisa y sus bonitos ojos humedecidos por las lágrimas. Y él,de pie en el altar, con evidente nerviosismo y emoción, recibía a la mujer que ama para vivir con ella, comprometiéndose públicamente a permanecer unidos “hasta que la muerte los separe”. En plena boda, ¿quién de los presentes se atrevería a dudar de su amor? (que conste que el vino desde lejos usando su libre albedrío para “llevársela”; y ella voluntariamente hizo los preparativos de su boda con meses de anticipación). Sin embargo, aunque nadie duda del amor que se tienen y de la sinceridad de sus votos; para cumplir con su compromiso, no basta con decirlo. Todavía tendrán que aprender a amarse.

El himno del peruano oprimido

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Hay peruanos que no se sienten bien cantando el himno nacional. No por falta de patriotismo, sino por todo lo contrario. Ellos no consideran que sea saludable proclamar a viva voz su primera estrofa: “largo tiempo el peruano oprimido la ominosa cadena arrastró;  condenado a una cruel servidumbre, largo tiempo en silenció gimió.  Mas apenas el grito sagrado: ¡Libertad!, en sus costas se oyó,  la indolencia de esclavo sacude, la humillada cerviz levantó.”

La sencillez de Juan Tres Dieciséis

El presente título no se refiere a un tal Juan que se apellida Tres Dieciséis. Trata del libro que escribió Juan el discípulo de Jesús, y que más adelante fue dividido en capítulos y versículos, de los cuales, el versículo 16 del capítulo 3 es quizás el más representativo de la Biblia. Algunos lo consideran como un “resumen” del evangelio. Juan 3:16 dice así: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”

Accidentado en la carretera de la vida

En estos días de paros de transportistas, cuestionamientos al nuevo reglamento de tránsito, el incremento de las multas, malos policías, y accidentes en las carreteras (que nunca paran); recordé una canción interpretada por “El Trío Mar de Plata”; en la que comparaba su transitar por la vida con el viajar en automóvil: Salí a la vida como si fuera un "cero", bien equipado con cuanto opcional, con fierro a fondo, sin ver el cuenta vuelta y ningún diodo que indique precaución. Lejos, las luces eran como un hechizo, y raya doble no quise respetar. Más importante era llegar primero e ir más lejos que todos los demás.

Luca era gay

Luca era gay, pero ya no lo es. El declara que ha cambiado, es padre y vive enamorado de su mujer. Muchos no le creen, se ríen y otros lo atacan, pero Luca afirma que ya no es homosexual. “Luca era gay” es el título de la canción con la que Giuseppe Povia participó en el 59 festival de San Remo en Italia, en medio de airadas protestas de movimientos pro-gay, quienes al sentirse ofendidos por el tema de la canción solicitaron su exclusión del festival (para ellos, la letra promueve la homofobia y falta a la verdad). El cantante fue acusado de irrespetuoso, fundamentalista e intolerante. El tema llegó hasta el parlamento, pero la canción no fue censurada. El día de la final, Povia ganó el segundo lugar, con la concurrencia de una protesta gay en las calles de la ciudad de San Remo. Parece increíble que muchos miembros de la comunidad gay - que hasta hace no mucho fueron objeto de discriminación e intolerancia social – sean ahora quienes discriminen y censuren a quienes no piensan co

La reconciliación de Mateo y Simón

Mateo despreciaba a Simón. Simón odiaba a Mateo. Cada uno de ellos pertenecía a grupos totalmente opuestos. Al grupo de Mateo se les acusaba de ser “imperialistas”, traidores “vende patria”, avaros y ladrones. El grupo de Simón era conocido por ser los intransigentes, los revolucionarios, usaban las armas y por la fuerza esperaban lograr la liberación de sus tierras. No son personajes actuales. Vivieron en el siglo I, pero representan muy bien a los conflictos en que viven los seres humanos. Mateo pertenecía al grupo de los publicanos: era un judío adinerado que recaudaba impuestos de sus paisanos para darlo al imperio romano quien los dominaba. Y Simón era celote, cananista, un judío revolucionario que odiaba a Roma y a sus colaboradores. Cualquiera diría que la situación entre ellos era irreconciliable. Sin embargo terminaron siendo amigos, luchando por una nueva causa, desde que fueron llamados por Jesús para ser sus discípulos.

Discriminación religiosa en los colegios

El artículo 2 de la Constitución de 1993 dice: “Toda persona tienen derecho… A la igualdad ante la ley. Nadie debe ser discriminado por motivo de origen, raza, sexo, idioma, religión, opinión, condición económica o de cualquiera otra índole”. Aunque en muchos aspectos hemos avanzado al respecto, en otros todavía nos falta mucho por hacer. Una muestra de ello, es el tema de la religión en la educación escolar en nuestro país de mayoría católica. Es comprensible que la mayoría de peruanos esperen que todos pensemos como ellos. Pero entre los que profesamos ser cristianos, no todos compartimos las mismas prácticas. Incluso algunos parecen olvidar que no todos los peruanos son cristianos, por lo que se hace imprescindible aprender a entender y respetar las diferencias, para que nuestra constitución no sea sólo un conjunto de letras muertas, sino por el contrario, sirva para regular nuestra vida en comunidad.

Profetas del Medio Ambiente

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“La temperatura del planeta se incrementará. Los polos y nevados se derretirán, el nivel del mar subirá, islas desaparecerán y ciudades enteras serán inundadas”; “los climas se tornarán extremos”; “Habrá sequías, inundaciones, escasez de alimentos y enfermedades”. “La especie humana está en peligro”. “No tenemos más tiempo, tenemos que hacer algo para salvarnos y ¡Ya!”. Cada vez que oigo a los hombres de ciencia dar advertencias como las mencionadas, me pareciera estar oyendo a los profetas de los escritos bíblicos; pues su mensaje, su pasión por lo que creen, su esfuerzo por convencer a personas y gobiernos, su llamado al cambio y su frustración a la escasa respuesta, los hacen muy parecidos.

Peruanos de Calidad

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Muchos hemos visto el logotipo en diversos productos peruanos garantizando haber sido elaborados con un adecuado proceso de calidad, y por lo tanto capaces de satisfacer las expectativas de los consumidores, tan igual como lo haría un buen producto de importación. Pero... ¡¿quién puede garantizarnos peruanos de calidad?! Peruanos íntegros, buenos ciudadanos, enquienes podamos confiar, que mantengan sus valores en toda circunstancia y en todas las áreas de sus vidas... ¿Alguien los produce? ¿Cómo identificarlos? ¿Dónde “comprarlos”? ¿Cuánto cuestan?

Empleados en busca de desempleo

No sólo abundan los que buscan trabajo. También abundan los empleados que buscan perderlo. Claro, no lo manifiestan con documentos ó protestas en las calles, pero con sus acciones manifiestan sin duda alguna, que no quieren trabajar. Podemos citar muchos ejemplos:

Priorizando las preocupaciones

La preocupación por satisfacer las necesidades materiales es común a todos los seres humanos. Nos preocupamos por contar con comida, ropa y casa; así como poder cubrir los costos de educación y salud. Y nos preparamos, estudiamos, conseguimos un empleo, nos esforzamos en trabajar, invertimos, vendemos, ganamos, reinvertimos, nos endeudamos y seguimos trabajando.

“Estamos en una mala racha… que Dios se apiade de nosotros”

Así se expresó el primer ministro Yehude Simon, luego de enterarse de la caída de un puente en Ayacucho en el que murieron varios escolares. Triste noticia que en ese día se sumaba a las muertes ocasionadas por el incendio de un bus al chocar con un camión que transportaba gas y a los soldados que murieron en una emboscada narcoterrorista. Sus palabras, que reflejan el sentir de muchos peruanos y que produjeron muchos comentarios, aún nos permiten reflexionar y hacer algunas aclaraciones.

Cuestionando la resurrección de Cristo

Llegó Semana Santa. Que Jesús haya sido crucificado lo entendemos (miles murieron así durante el imperio romano), pero que haya resucitado… ¡ah! Eso es otra cosa. Quizás tanto hemos oído esa frase que por repetición hemos terminado por aceptarla sin cuestionamientos. Pero en realidad nuestra fe debe tener razones. Si creemos en Cristo debe ser por algo y no sólo porque los españoles fueron los primeros que llegaron a estas tierras con la cruz (y la espada). No sólo debemos ser cristianos por tradición.

Censo Nacional: ¿93% de cristianos?

Para algunos, dicho porcentaje es intrascendente; para otros, la cifra causa extrañeza. Según el censo del 2007*, somos más del 93% de peruanos que profesamos ser católicos, evangélicos ó de alguna otra agrupación religiosa cristiana. ¡20 millones de peruanos mayores de doce años son cristianos! ¿Pero dónde está el error? ¿Es posible que el INEI se equivocara por una posición decimal y el porcentaje real sea de 9,3%? ¿Será que se confundieron los encuestados? ¿Interpretamos mal los resultados?